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Moda y diseño con un toque propio y personal
18/03/2018

Moda y diseño con un toque propio y personal

Macarena Álzaga, Diseñadora de Indumentaria UP, cuenta sobre el emprendimiento que inició en Caleta Olivia.

Moda y diseño con un toque propio y personal

A los estudiantes de la carrera de Diseño de Indumentaria se les presenta esta incógnita en común cuando están cerca de graduarse: ¿irse a trabajar para una marca ajena pero ya consolidada, o crear la propia?

Esto fue lo que se planteó Macarena Álzaga, quien ya estaba trabajando como asistente en producción de modas cuando estaba a punto de recibirse en la Universidad de Palermo. “No me veía trabajando para otra marca, aunque sabía que crear la mía iba a ser todo un desafío”, cuenta.

Les preguntó a sus padres si podía contar con ellos como inversores para lanzarse como creadora. Como ellos son comerciantes, antes de pedirles el dinero se sentó y esbozó, no sólo su primera colección —de indumentaria femenina—, sino también un cálculo de cuánto le costaría producirla, entre insumos y proveedores. Así llegaron a un acuerdo por $145.000, que fue su inversión inicial para la marca que lleva su nombre.

El lanzamiento fue en 2015 en Caleta Olivia, su ciudad natal, en la provincia de Santa Cruz. “Como mamá se dedica a hacer desfiles a beneficio de fundaciones y hospitales, ella me ayudó a organizarlo”, dice Álzaga. “Tuve cien invitados; y en el mismo lugar armé un showroom para que los comerciantes pudieran llevarse a sus locales la ropa que habían visto desfilar”. Ese mismo año comenzó a vender sus prendas en un comercio de esa ciudad, al que se las daba en consignación.

Hace diez años que la emprendedora vive en Buenos Aires; pero hacerse un lugar en la Capital le parece una meta a la que no le conviene consagrarse en forma exclusiva, ya que aquí hay “muchas marcas y muy consolidadas; es un segmento que está saturado”. De todas formas, es en Buenos Aires, en Barrio Norte, donde está su showroom, que comparte con una amiga que tiene su firma de accesorios para viajes. Álzaga también deja mercadería en consignación en dos locales multimarca, uno en el barrio de Palermo y el otro en la localidad de Vicente López. Asimismo, comercializa por Internet a través de Tienda Nube. Y planea buscar otro multimarca con el cual volver a llegar a clientas minoristas en Caleta Olivia. Finalmente, la marca está presente en Facebook e Instagram.

En cuanto a los mayoristas, que es el canal que quiere hacer crecer este año, usualmente la contactan por mail —por lo general, desde el interior del país y por haber visto alguno de sus catálogos— y se ponen de acuerdo con ella acerca del modo de envío. Pagan 50% en el momento de hacer el pedido; y el resto, cuando se está por despachar, “aunque si el local es nuevo, le hacemos un plan de cuotas”, aclara la emprendedora.

El hit del verano fue un vestido cuyo precio a consumidora final era de $1.300, aunque su rango abarca de $600 hasta $1.500. Para la colección otoño-invierno de este año, la expectativa está puesta sobre los tapados de paño, un producto en el que nunca había incursionado aunque sí había hecho, por ejemplo, ponchos tejidos.

Álzaga hace los moldes y muestras ella misma junto con una modelista y terceriza la confección en dos talleres. Se abastece de telas en los comercios de la calle Alsina y para los avíos y otros insumos se dirigen a locales en la provincia de Buenos Aires.

A mediano y largo plazo, su objetivo es hacer crecer el canal mayorista con más puntos de venta en el interior del país, idealmente uno en cada provincia.

La mujer en quien ella piensa cuando se pone a diseñar tiene entre 25 y 35 años, aunque tiene clientas de más edad. Esto no es extraño si se piensa que su gran inspiradora como entrepreneur fue su mamá. “Tengo una madre amante de la moda; siempre digo que no conozco a otra persona que disfrute tanto vestirse, ver tendencias y armar sus outfits”, explica Alzaga.

“Así que crecí rodeada de telas, botones y modistas. Lo que no conseguíamos en el mercado, lo mandábamos hacer. Creando nuestros propios diseños fue como fui metiéndome en este mundo”, afirma sobre su vocación.

Su sello distintivo son los detalles de flores y bordados, así como la calidad, con géneros y materia prima seleccionada.