La actividad científica en la universidad

Autores:
Miguel Ángel Escotet, Victoria Sheepshanks y Martín Aiello

  • Descripción del libro
  • Sobre el autor
  • Presentación en la UP

Una exploración prospectiva de la investigación científica argentina en el contexto de América Latina

La publicación analiza la situación de la ciencia y la tecnología en las instituciones universitarias argentinas y de la región.

Miguel Ángel Escotet, Martín Aiello, y Victoria Sheepshanks investigaron y publicaron “La actividad científica en la universidad. Una exploración prospectiva de la investigación científica argentina en el contexto de América Latina”. La publicación, editada por la colección de Educación Superior de la Universidad de Palermo, analiza la situación de la ciencia y la tecnología en las instituciones universitarias argentinas y de la región. El libro es producto de la investigación “Formación y productividad científica en la educación superior: una exploración prospectiva de la Argentina desde el exterior” realizada con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva mediante un convenio de cooperación y asistencia científica y tecnológica entre el Ministerio y la Universidad de Palermo.

Miguel Angel Escotet
Director de la Cátedra UNESCO- UNU sobre “Historia y Futuro de la Universidad” que se realiza en conjunto con la Universidad de Palermo.
Es Doctor en Filosofía (Ph.D.) y M.A por la Universidad de Nebraska en Lincoln y la Universidad de Texas en Austin. Asumió su cargo actual en la Universidad de Texas en 2008 y es, además, director de la Cátedra UNESCO y Universidad de Naciones Unidas sobre Historia y Futuro de la Universidad que se realiza en conjunto con la Universidad de Palermo. Fue director del Instituto de Postgrado y Formación Continua de la Universidad de Deusto en Bilbao, España; catedrático de planificación, desarrollo y educación, y director de los estudios de Master y Doctorado de Florida Internacional University, la universidad estatal de Miami, en Estados Unidos.

Victoria Sheepshanks
Investigadora y aspirante a Doctora en Educación Superior de la Universidad de Palermo.
Es Licenciada en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires y aspirante a Doctora en Educación Superior de la Universidad de Palermo. Es investigadora en la Universidad de Palermo en temas referidos a productividad científica y académica en la universidad.

Martín Aiello
Profesor titular de la Universidad de Palermo, coordinador de la Maestría y el Doctorado en Educación Superior en el marco de la Cátedra UNESCO – UNU "Historia y Futuro de la Universidad".
Es Licenciado en Sociología de la Universidad de Buenos Aires y Doctor en Educación por la Universitat de Barcelona. Profesor titular de la Universidad de Palermo, donde coordina la Maestría y el Doctorado en Educación Superior en el marco de la Cátedra UNESCO – UNU "Historia y Futuro de la Universidad". Responsable académico del Profesorado Universitario. Secretario Editorial de la Revista Argentina de Educación Superior y miembro del Consejo Editorial de la Revista Sudamericana de Educación, Sociedad y Universidad. Profesor titular de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.

Miguel Ángel Escotet, Martín Aiello, y Victoria Sheepshanks son los autores de “La actividad científica en la universidad” Una exploración prospectiva de la investigación científica argentina en el contexto de América Latina. La publicación analiza la situación de la ciencia y la tecnología en las instituciones universitarias argentinas y de la región.

Miguel Ángel Escotet:
En el libro, nos ceñimos rigurosamente a los resultados, pero también expresamos nuestros propios juicios sobre la investigación y el debate que se produce a nivel local y en otros países. Un gran porcentaje de docentes universitarios cree que la investigación es la actividad más importante que se realiza dentro de la universidad ya que es la manera de crear conocimiento. Sin embargo, nos permitimos cuestionar esta aseveración. Todos acordamos que la investigación es una de las funciones del profesor universitario, pero nunca a expensas de interferir con el desarrollo de la función docente. De hecho, son funciones compatibles que pueden ejercerse en forma simultánea. Así como existen investigadores que no se dedican a la función docente, hay profesores que no tienen por qué necesariamente ser investigadores.

Martín Aiello:
El libro ofrece información sobre indicadores de ciencia y tecnología en las universidades contextualizada en el ámbito latinoamericano. Luego, recolecta información de indicadores locales: evolución, cantidad de investigadores, tipo de financiamiento, evolución de la matrícula de posgrado, tipo de dedicación de nuestros doctores, evolución de la cantidad de financiamiento y rubros de la actividad en relación con el PBI. Esto se complementa con una serie de trabajos de investigación que hemos hecho a expertos del área, que nos permiten ver acuerdos y desacuerdos sobre estas temáticas. Uno de los temas en los que claramente hay desacuerdo es en el rol del Estado en el financiamiento de las universidades privadas. En cambio, el aumento de la dedicación full time de ciertos profesores es un punto importante de consenso. La información que difunde este libro nos permite pensar la investigación y la producción dentro de las universidades en la actualidad y para el futuro.

Victoria Sheepshanks:
Lo más interesante son las recomendaciones de todos los expertos en ciencia y tecnología sobre cada uno de los puntos, que es algo que uno no suele encontrar en las publicaciones.

Entre los objetivos que propone el libro, se destaca la intención de fijar pautas para generar un cambio en la productividad científico-tecnológica y poder así establecer nuevas raíces éticas ¿Cuáles serían estas pautas y cambios éticos sustanciales?

Miguel Ángel Escotet:
La investigación tiene que hacerse sobre raíces profundas que estén consustanciadas con el grupo de personas. El hecho es hasta qué punto la investigación se produce en desmedro de la docencia; hasta qué punto la investigación encubre al que no quiere ejercer la docencia. La misión de la universidad no puede ser exclusivamente la producción de investigación, es mucho más compleja. Hace falta sincerar el sistema, como los falsos binomios de lo público y lo privado, como si lo público siempre fuese la excelencia y lo privado no. Son dicotomías erradas que se establecen y que no corresponden a los datos observados.

En materia de investigación ¿Cuál es el rendimiento de la Argentina con respecto a otros países de América Latina?

Martín Aiello:
Otros países de América Latina están invirtiendo más que la Argentina. Los casos más claros son Brasil y Chile, que han separado la inversión asignada en relación al ingreso bruto. La Argentina está en el mismo nivel que México. Es verdad que a partir del 2002 hubo un repunte de la inversión, pero estamos lejos de cumplir con las pautas que se habían planteado en el plan del Bicentenario.

Miguel Ángel Escotet:
La Argentina pasó del primero al cuarto puesto en producción de investigación latinoamericana. Con respecto al contexto mundial, el 25,8% de la investigación se hace en el continente americano, y el 20,3% corresponde a los Estados Unidos. Apenas un 5,5% corresponde a América Latina y Canadá. Son cifras demoledoras. Israel es el país que más está invirtiendo en investigación, desarrollo e innovación: 4 %, mientras que nosotros estamos en 0,101 aproximadamente. Esto es un problema grave, pero el pobre no puede invertir lo mismo que el rico. Entonces, se deben buscar mecanismos y formas más creativas para mejorar este panorama.

¿Qué piensan de la relación entre el sector privado y los fondos públicos en el desarrollo de la investigación?

Victoria Sheepshanks:
La mayoría de los expertos encuestados están de acuerdo en que no tiene que haber vínculos entre el sector público y el privado. Creo que es uno de los principales impedimentos para que la ciencia y la tecnología se desarrollen en nuestro país. Si uno mira a otros países, el sector privado es fundamental para que el desarrollo de la ciencia y la tecnología sea posible. Entonces, más allá de la inversión que se haga desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología, sería importante generar un cambio cultural, porque es una forma de pensar la que impide las investigaciones conjuntas entre universidades públicas y privadas.

Miguel Ángel Escotet:
Habría que agregar que el sector privado productivo argentino contribuye muy poco a la investigación. Esto sucede en América Latina y en todos los países dependientes porque normalmente las corporaciones multinacionales tienen sus propios centros de investigación y tienen un miedo legítimo a nuestra productividad para generar este tipo de conocimientos. Por otro lado, el propio Estado en Latinoamérica le tiene miedo a las universidades. Hay cierto temor a que la institución universitaria no responda a los retos que tiene el Estado para producir ciencia y tecnología. Entonces se crean subsistemas de ciencia y tecnología y se utiliza menos el recurso de la universidad. Uno de los trabajos que realizamos, pero que no incluimos en el libro por falta de espacio, fue el análisis de los listados de las investigaciones. Nos dimos cuenta de que no hay mucha transparencia en ellos. Las personas afirman que están investigando, sin embargo, es una situación similar a lo que sucede con las tesis: la mayoría nunca se gradúa. Aquí hay investigadores muy serios y rigurosos, pero lamentablemente, son la minoría. Además las universidades públicas han tomado, muchas veces, posiciones en contra del Estado, generando una desconfianza mutua. A esto se suma el problema del binomio universidad pública / universidad privada. La raíz de la investigación no puede ser dominio ni de unos ni de otros; es patrimonio de la sociedad civil y aquél que pueda contribuir con algo a la sociedad, tiene que tener la posibilidad de hacerlo.

Martín Aiello:
La Argentina decidió hace 50 años que el esfuerzo estatal de promoción de la ciencia y tecnología iba a estar por fuera de la universidad en el CONICET. En la actualidad, existen estrategias de coordinación mucho más fuertes que antes y hay una tendencia a juntar al CONICET con las universidades. Por ejemplo, los becarios del CONICET tienen que hacer doctorados en la universidad, pero es difícil volver a enlazar ambos subsistemas.

El libro señala el déficit que hay en la aplicación de proyectos de investigación de modo interdisciplinario ¿Cómo se deberían promover estos intercambios?

Miguel Ángel Escotet:
Es complejo porque implica un cambio en el modelo filosófico del sistema educativo, un cambio de modelo en la estructura. La interdisciplinariedad no se ejecuta por decreto. Es un proceso concluyente y largo que implica reconocer lo que conoce el otro, y reconocer la ignorancia de lo que uno conoce con respecto a lo del otro. El sistema educativo es un sistema totalmente fragmentado, no hay un hilo conductor entre todos los niveles, y se va reduciendo su espíritu de abarcar un contexto más global de la vida. Los investigadores tienden a reducir sus espacios, a trabajar muy cerrados, no solamente entre ellos, sino entre otros grupos de trabajo ¿Qué se puede hacer? Yo eliminaría los Departamentos, no los financiaría. Lo estoy aplicando en mi propia universidad. Tampoco aceptaría personas que vengan a trabajar solas. Eliminar los trabajos individuales potencia los trabajos de equipo multidisciplinarios. Pero todo eso implica políticas y esta es la asignatura pendiente en el mundo.