La Educación Superior norteamericana

Una historia. Tomos 1 y 2.
  • Descripción del libro
  • Sobre el autor
  • Presentación en la UP

Una historia para enfrentar los desafíos del futuro y revisar críticamente los acontecimientos que delinearon la educación norteamericana.

Lucas busca en el pasado los acontecimientos de la historia norteamericana que influenciaron en la educación superior contemporánea. De esta manera intenta poner una luz crítica sobre la actualidad del campo y, de esta manera, proyectar un futuro posible.

Christopher Lucas rastrea en este libro el desarrollo de la educación superior en Estados Unidos desde sus orígenes hasta su actualidad con el objetivo de definir los predicados del sistema y de delinear el curso de los acontecimientos que determinaron la evolución de los colegios y universidades de hoy. Se trata de una revisión crítica sobre un área previamente explorada en gran detalle por dos clásicos en la historia de la educación superior en Estados Unidos: “La Universidad norteamericana: Una Historia” (1962) de Frederick Rudolph y “Educación Superior en transición: Una historia 1636-1976” (1976) de John Brubacher y Willis Rudy.

La intención de este trabajo es la de actualizar las investigaciones anteriores de manera que puedan ser leídos por cualquier que esté interesado en el tema. Ofrece al lector una base para una comprensión general de las influencias sociales y políticas en la currícula a través del tiempo. El libro concluye con un lineamiento sobre los desafíos que debe enfrentar la educación superior contemporánea intentando abarcar los diferentes puntos de vista en torno a la multiculturalidad y la fragmentación de la currícula, entre otros temas. Lucas permite encontrar en el estado actual del campo las huellas del pasado para entender sus influencias y proyectar un futuro en la educación superior norteamericana.

Christopher J. Lucas
Profesor de Educación Superior de la Universidad de Arkansas

Es profesor de Estudios y Políticas de Educación Superior en la Universidad de Arkansas-Fayetteville. Es ex presidente de la Asociación de Estudios Educacionales Norteamericanos y de la Sociedad de Profesores de la Educación. Además se desempeñó como presidente fundador del Council for Learn Societies in Education.

Fue consultor del Associated Press y es miembro vitalicio del Comité Ejecutivo local de la Asociación Norteamericana de Profesores Universitarios. Es autor y editor de numerosas obras que incluyen: “Teacher Education in America” (1997), “Signspots for tomorrow´s universities. Planning for higher education” (1997), “Crisis in the Academy” (1998) y “New Faculty, A practical primer for beginning academics” (2002), entre otros.

Debate sobre la historia de las universidades con la participación de Pablo Buchbinder, investigador del Conicet (UBA y Universidad Nacional de General Sarmiento) y Fernando Rocchi, Director del Departamento de Historia de la Universidad Torcuato Di Tella.

Un debate sobre las universidades

La universidad norteamericana y la perspectiva argentina


Pablo Buchbinder:
El gran atractivo del texto es que articula muy bien la evolución de la educación superior en el contexto de los cambios sociales y culturales que vivió la sociedad norteamericana. Además, privilegia esa articulación, sin perder de vista ni la riqueza ni la complejidad de los debates que caracterizan al mundo académico de los Estados Unidos. La primera cuestión que llama la atención es la descripción de la conformación de un sistema universitario que es, esencialmente, el resultado y el producto de las iniciativas de la sociedad civil. A diferencia del sistema universitario argentino, que está básicamente construido en sus orígenes desde el Estado, el sistema que se describe surge desde la acción de la sociedad. El primer resultado de este sistema es que presenta ya a mediados del siglo XIX un grado de heterogeneidad y un grado de diversidad muy marcado. Lo que describe el autor es un modelo con un grado muy alto de fragmentación, resultado de demandas de la sociedad civil, de demandas sociales muy distintas. 

Fernando Rocchi:
Lucas parte de una hipótesis fuerte: el caso de los Estados Unidos es el de más éxito en términos de universidades del mundo. No solamente por la calidad, sino también por el poder que llegan a tener las universidades. En Estados Unidos se observa un cuádruple sistema, no existen universidades nacionales, porque es un Estado federal, pero sí existen universidades privadas y universidades estaduales. En las universidades estaduales la mitad del dinero del presupuesto lo pone el Estado. Hay otras universidades que serían medio estaduales, pero en las cuales, en general, no dependen de las cuotas de los alumnos para mantenerse. Ni las privadas, ni las estatales. Las privadas porque reciben donaciones muy importantes y son además universidades muy viejas que tienen graduados desde el siglo XVIII, y entonces es mucho más fácil pedirle a un graduado que es rico que done algo para esta universidad que le dio tanto; es mucho más difícil obviamente esto en la Argentina, las universidades son más jóvenes. En Estados Unidos se da en la época colonial una proliferación de universidades. En segundo lugar, esta cantidad de universidades también se debe a esta diferenciación social que hay en la sociedad civil, que es la de las religiones. El tema de la libertad de cátedra, de la integración de gente que no es de la misma religión, es del siglo XIX, no es de los orígenes de las universidades, dice bien el autor. A principios del Siglo XX la matrícula es realmente muy alta. Uno de los resultados es que las universidades empiezan a burocratizarse con la siguiente idea: los que saben enseñar no necesariamente saben administrar. En Estados Unidos se ha llegado a una posición intermedia: está el rector, que no necesariamente es un académico, inclusive a veces es mejor que no lo sea.

¿Dónde empezaría la historia de la universidad argentina?

Pablo Buchbinder:
Las primeras universidades coloniales son un transplante de instituciones de poder eclesiástico. Son aquellas universidades orientadas, fundamentalmente, a la formación de teólogos, a la formación de la elite del clero. Se puede observar, en el libro de Lucas, una transformación relativamente gradual de ese sistema. Ese proceso dura básicamente todo el siglo XIX, y la concepción del sistema universitario moderno es de la década de 1880. Claramente esto tiene que ver con la sanción de la primera ley que va a regular el funcionamiento de las universidades a nivel nacional, que es la llamada Ley Avellaneda, de 1885. Esta ley impone un modelo inspirado en el modelo francés, la universidad en sus orígenes es básicamente la institución que certifica la aptitud de un individuo para el ejercicio de una función liberal. El Estado controla la formación de un conjunto de profesiones que son esenciales para la reproducción social: médicos, abogados, y fundamentalmente ingenieros.

Fernando Rocchi:
En la Argentina, después de la sanción de la Ley Avellaneda, va a haber una apertura de nuevas universidades creadas por el Estado Nacional, cuyo rol ha sido fundamental. Algo que en Estados Unidos no ha ocurrido, en cambio son importantes los gobiernos y autoridades locales. La Argentina prácticamente no tuvo universidades provinciales y mucho menos municipales. 

¿Cuál fue el comportamiento de la universidad argentina en términos de las transformaciones sociales que fue viviendo el país?

Pablo Buchbinder:
La universidad amplió las oportunidades de acceso. En líneas generales, la impresión que tengo es que las instituciones universitarias tienen una estructura considerablemente conservadora.

Fernando Rocchi:
Coincido. Para dar un ejemplo, la estructura de cátedras, que se mantiene en gran parte de las universidades nacionales, es vetusta. Es tremendo que un jefe de trabajos prácticos pueda dar historia medieval y no pueda trabajar historia moderna. 

En la historia de las universidades argentinas ¿se han dado momentos de crisis, de cambios y de debate?

Fernando Rocchi:
El problema es cómo se puede hacer para que esos cambios cristalicen en la transformación de las estructuras universitarias, ya que su carácter es fuertemente conservador. Cuando uno recorre, incluso desde los orígenes, la crítica del profesionalismo es constante. Se la encuentra en 1880 y en los mismos términos a finales de la década del ´20, y a finales de la década del ´30. El peronismo, entre sus críticas a la universidad, además de cuestionar el elitismo criticó su profesionalismo.

Pablo Buchbinder:
En la memoria colectiva, por lo menos de los actores que empezaron a tallar fuerte a partir del año 55, la universidad peronista era de baja calidad, y la que empezó en el 55 hasta el gobierno de Onganía, era una universidad de buena calidad. Estamos refiriéndonos a las universidades públicas. Es interesante que ese momento coincide con la aparición de una novedad: la universidad privada. Esta novedad estuvo en principio relacionada con la Iglesia. Pero el debate, sobre todo entre las universidades privadas y públicas, estuvo centrado en si la Iglesia podía abrir universidades o no. Las manifestaciones públicas fueron multitudinarias, pocas veces en la historia argentina se movilizó tanta gente. 

L¿Cómo se va dando la discusión hasta llegar a las universidades masivas?

Pablo Buchbinder:
En la Argentina la universidad fue básicamente una institución de elite hasta el '45. La masificación de la universidad coincide, sobre todo, con el peronismo. Es un proceso que uno puede registrar en otros lugares del mundo. Para dar un ejemplo, en tiempos de la Reforma Universitaria había 8 mil estudiantes universitarios sobre una población aproximada de 8 millones de habitantes. Lo que muestra en cierta manera el carácter de elite de la institución. No es que eran universidades a las cuales una persona que no tuviera recursos no pudiera entrar. Pero si uno piensa en la magnitud de la población, eran instituciones de elite. Eso se revirtió recién como parte de un proceso mundial a partir de la segunda posguerra.

Fernando Rocchi:
No necesariamente la gratuidad de la enseñanza posibilita la educación a todos. Porque si alguien tiene que trabajar para mantenerse, no tendrá la posibilidad de ir a una universidad, aunque sea gratis, porque no tiene tiempo. Los ingleses han discutido mucho sobre este punto. Cuando llegó el laborismo al poder en el 45, dieron muchas becas con la idea de que todos pudieran ir a una universidad gratis. Esto fue muy exitoso, pero también fue estudiado por los ingleses, porque significó una transferencia de los sectores de más bajos ingresos a los de ingresos medios y altos. Porque en realidad los sectores medios y altos han mandado a sus hijos a estudiar gratis, mientras que los hijos de los sectores bajos tenían que trabajar de minero, de carbonero. La gratuidad es importante, pero no necesariamente implica que van a llegar las clases obreras a la universidad.