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Economía mata felicidad
13/04/2015

Economía mata felicidad

Una encuesta de la UP y TNS afirma que los argentinos son sumamente optimistas gracias a los lazos familiares y sociales que generan; el romance con la vida desaparece cuando se habla del dinero. Leer nota digital

Economía mata felicidad

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Una encuesta de la UP y TNS afirma que los argentinos son sumamente optimistas gracias a los lazos familiares y sociales que generan; el romance con la vida desaparece cuando se habla del dinero

Por Francisco Jueguen

La Argentina está feliz, siempre y cuando no le mencionen la economía. "Lo primero es la familia", solían inspirar los clásicos Benvenuto para abrir la mesa del domingo. Y a pesar de los años pasados y el arribo de las nuevas generaciones, el latiguillo está lejos de haber pasado de moda: el elevado grado de satisfacción que los argentinos muestran parece tener que ver con los lazos familiares y de amistad que se generan en el hogar y en el trabajo.

El cachetazo a la cruda realidad suele darlo la economía. Es en ese vertiginoso campo en el que aparece, según el tercer estudio sobre felicidad y las condiciones del bienestar elaborado por la Universidad de Palermo (UP) y la consultora TNS, todo el pesimismo y la incertidumbre que generalmente envuelve a los argentinos.

El documento concluye que un 88% de los argentinos consultados están satisfechos con su vida actual en el país. "En general, se manifiesta un alto nivel de satisfacción, y como prueba encontramos que la vida social es bastante satisfactoria para todos", esgrimen los expertos que elaboraron el estudio.

Los argentinos se dicen felices pero sufren la inflación, el desempleo y el dólar, cuestiones básicas de la economía argentina aún irresueltas. Y a la hora de dar pronósticos -hoy se sufre la falta del termómetro oficial- los argentinos pecan de pájaros de mal agüero: la felicidad se va entonces a pique. Los mismos consultados creen que el año que viene habrá una suba de precios por arriba de 38% -o sea que se mantendrá bien alta, aunque no se disparará-, sienten que el desempleo golpea a uno de cada cuatro trabajadores, a pesar de lo que indica el Indec (6,9%), y también que habrá una devaluación en los próximos meses.

Según prevén, el dólar estará más cerca de la cotización blue que de la oficial. Para la mayoría de los infelices pronosticadores -además- la incertidumbre parece el síntoma de época de cara a las elecciones presidenciales de octubre próximo.

Los argentinos parecen sabios. Dicen que son los vínculos que establecen los que los hacen felices. Su satisfacción proviene de la familia (eso marca el 87%), la vida social (87%), la salud (85%) y el trabajo (76%). En este último punto, la proporción crece entre los jóvenes adultos de 35 a 49 años, ya que el 81% declara estar satisfecho y entre los adultos mayores de 65 años y más (93%).

"En el resto de los segmentos las diferencias no son significativas. Sólo es posible apreciar una tendencia en el nivel educativo a mayor nivel mayor satisfacción laboral", afirma el documento. "Los números que explican por qué son felices son parejos y muy altos, y están en línea con los estudios anteriores. Al indagar, lo que nos hace felices en realidad son las relaciones con los demás, con la familia y con los amigos", explica Emilia Montero, coordinadora de la carrera de Recursos Humanos de la UP. "Pero en cuanto se habla de cómo está la economía, todo se plancha y los número bajan, como mínimo, unos 20 puntos", agrega sorprendida la especialista.

Sin embargo, la billetera -al nivel de las finanzas individuales- tampoco los tiene del todo descontentos. Cuando la encuesta de la UP-TNS preguntó sobre este tema, el nivel de satisfacción alcanzó un 59 por ciento. "Lógicamente cuanto más alta es la posición económica mayor es el grado de satisfacción. En cuanto a género y edad, no se observan diferencias significativas. Un 65% de los más jóvenes (18 a 24 años) están más satisfechos que el resto de los tramos", afirmaron.

Sin embargo, la sensación de si el sueldo alcanza o no, está muy lejos de la percepción que se tiene de la economía en general en la Argentina y de temas que son aún polémicos: los niveles de inflación, el desempleo y tipo de cambio.

Según esas percepciones, nacidas, según la encuesta, de la propia experiencia y de las conversaciones con familiares y amigos, los precios seguirán su rumbo ascendente, la desocupación golpea a muchas más personas que las que el Gobierno admite, y la divisa estadounidense está lejos de estar en su nivel de equilibrio. Todos creen que el dólar está barato. Y las percepciones tienen correlato con la realidad: basta ver cómo en el primer trimestre de este año fue récord la compra de dólares destinados al ahorro.

"La gente no se fija en el Indec para saber qué inflación, desocupación o dólar hay en la realidad. Mira su bolsillo, les pregunta a sus amigos y va al supermercado. Es nuestra experiencia de primera mano la que vale", dice Montero, sobre la base de sus investigaciones. Como dato curioso, la encuesta afirma además que sólo el 20% de los consultados basa sus percepciones en la información que se publica en los medios de comunicación, erigidos como el eje del mal por parte del gobierno nacional.

Los argentinos estiman que actualmente hay una inflación anual de 37,8 por ciento. Es claramente un dato cercano a la inflación que divulgan las consultoras privadas y algunos entes provinciales, y está lejos del 24,9% que difundió el Indec para 2014. La proyección de los consultados para el año que viene es levemente superior, incluso con el freno que actualmente enfrenta la economía nacional y que el Gobierno admite en las cifras oficiales que divulga todos los meses.

Pero el dato más impresionante es la percepción que existe sobre el desempleo.

Para los argentinos consultados por la UP y TNS, un cuarto de los trabajadores (25,5%) tiene problemas de empleo. Para el Indec, ese número es de 6,9 por ciento. Los especialistas en el mercado laboral suelen repetir en los últimos meses que el organismo estadístico oculta la destrucción de empleo gracias al uso de ciertas picardías metodológicas.

Para los argentinos, el año que viene habrá una mayor desocupación. Los consultados proyectan que un 26,6% de los trabajadores tendrán problemas. El dólar seguirá siendo un tema de conversación. Los consultados creen que el billete verde tocará los $ 11,37, lo que lo ubica claramente más cerca de la cotización paralela que de la oficial. Incluso los más jóvenes y los segmentos socioeconómicos altos afirman que la divisa podría llegar a $ 12,04. Sin embargo, nadie pronostica una megadevaluación ni nada por el estilo.

"La incertidumbre por las elecciones marcan la mirada de futuro", analiza Montero. Uno de cada cuatro consultados no sabe qué pasará en el corto plazo en la Argentina. Un 34%, no obstante, es pesimista de hoy a unos meses. A pesar de las rabietas económicas, el argentino se siente feliz: siempre hay un hogar en el que refugiarse, incluso en tiempos de tormenta.

Felices
Un 88% de los encuestados dicen sentirse satisfechos con su vida en general. Esta sensación obviamente crece entre los más jóvenes y los que son más ricos.

Familia
La vida familiar representa un nicho de bienestar. El vínculo con los seres más cercanos es fuente de alegría para un 87% de los encuestados por la UP y TNS.

Vida social
Un 87% alegó que la vida social crea un grado de satisfacción elevado y ayuda a mejorar la felicidad. Es mínimo el porcentaje de personas que no la disfrutan a pleno.

Salud
El bienestar físico aparece como un rasgo de felicidad para un 85% de los consultados. Hay claras diferencias según la edad: cuantos más años, mayor insatisfacción.

Finanzas
El bolsillo no parece un problema, aunque el nivel de satisfacción en este aspecto baja a un 59%. Los más felices sobre estas cuestiones son los jóvenes de 18 a 24 años.

Inflación
Los argentinos aseguran que la suba de precios se mantendrá elevada o que incluso será un poco más pronunciada en un año, a pesar del estancamiento económico.

Dólar y empleo
Una de cada cuatro personas cree que el índice de desocupación es más alto que el oficial. La mayoría estima, además, que habrá una devaluación.

Incertidumbre
La mayoría de los consultados no sabe qué pasará en el futuro cercano. Más de un 30% es pesimista en relación con la economía que viene en los próximos años.