Desigualdad penal
Presidenta de AMPA desde el 2012, Mariana Barbitta, abogada penalista y docente de la Facultad de Derecho, lucha desde este ámbito contra la desigualdad que existe en el litigio penal.

“Entendemos que históricamente el derecho penal es patriarcal y las mujeres tienen un ámbito restringido. Empezamos a advertir problemas de desigualdad en el litigio cotidiano, entre varones abogados y mujeres abogadas”.

-¿Cómo surgió la idea de crear AMPA (Asociación de Mujeres Penalistas de Argentina)?
-Fue una idea personal. Convoqué a un par de litigantes compañeras de trabajo y amigas y nos pusimos a pensar en situaciones de desigualdad y decidimos armar AMPA en el año 2012. En ese contexto fui elegida presidenta y hasta la actualidad sigo en el cargo.
El objetivo fue encontrar un espacio no sólo para mujeres litigantes sino también para aquellas que integran la defensoría general, el Ministerio Público Fiscal, el fuero judicial. Todas aquellas mujeres que estan interesadas en trabajar por un litigio penal más igualitario.

-¿A qué hace referencia cuando habla de desigualdad en litigio penal?
-Por ejemplo en situaciones de destrato. Jueces que les dan la palabra a los varones y no a las mujeres. Imágenes que tienen que ver con esta idea de que uno cuando piensa en derecho penal piensa en un varón, entonces la mujer siempre pasa al plano de ser la secretaria, la que sirve el café. Nosotros estamos trabajando en la idea de que el trabajo de una abogada penalista tenga el mismo valor que el de un varón.
Además hay un tema con el cliente, porque en general cuando llega al estudio jurídico pide hablar con el abogado y cuando se encuentra que en la reunión ingresa una mujer no entiende bien que hace ahí.

-¿Entendés que esta concepción está arraigada y va más allá de la profesión del abogado?
-Históricamente hay una cultura patriarcal, machista. Se puede remontar por ejemplo a Aristóteles cuando incluía únicamente a los varones en la polis. Pasó también en nuestro país hasta que las mujeres pudieron votar. Es una cuestión arraigada que hay que romper con la educación y con el trabajo de concientización.
Además hay que entender que si bien en la Constitución somos todos iguales ante la Ley, esta igualdad es ficticia, hay una desigualdad estructural.

-¿Cuáles son las herramientas que se pueden utilizar para que esta tendencia se revierta?
-En primer lugar en AMPA intentamos la divulgación y la concientización a través de encuentros en todo el país. El primer encuentro fue en la Universidad de Buenos Aires, el segundo se hizo en Mar del Plata, el tercero en Rosario y el IV Encuentro Nacional de AMPA lo vamos hacer en la Universidad de La Plata el 13 de noviembre (más información en ampa.arg@gmail.com). La idea es empezar a convocar mujeres que estén en el ámbito penal y que podamos, a través de la divulgación, comenzar a tener acciones concretas.  

-¿Cómo fue el proceso desde la creación de AMPA hasta la actualidad?
-Ha sido favorable porque pudimos detectar algunos discursos y prácticas machistas que al llegar con la propuesta de AMPA la gente empieza a abrir los ojos y el operador u operadora de justicia comenzó a darse cuenta que en realidad teníamos razón. Nunca se habían dado cuenta que en realidad había maltrato constante pero solapado bajo las reglas de los estereotipos. En ese camino creo que la tarea de la Asociación tiene un exponente altísimo, una proyección muy alta. Una de las cosas que también tenemos como objetivo es generar una red solidaria en todo el país de operadoras del sistema judicial.
 
-¿Cuál fue la respuesta que recibieron por parte de los hombres en el ámbito profesional?
-Nuestra idea en realidad es que los varones formen parte también de nuestra Asociación. No es algo exclusivo de las mujeres. Se llama Asociación de Mujeres Penalistas pero nosotros estamos encantadísimas de que participen nuestros colegas porque al hacerlo empiezan a advertir las situaciones que antes mencionaba de desigualdad. Ha habido buenos referentes. Por ejemplo, en el primer encuentro que se hizo en Buenos Aires había muchos jueces varones sentados hablando en los talleres y escuchando la problemática de las mujeres. El patriarcado no se rompe aislando mujeres y varones, al contrario.

-¿Cree que esto puede ayudar a abrir el abanico y empezar a discutir esto en otros ámbitos?
-Sí, hay un montón de espacios liderados por feministas porque las mujeres somos las que queremos llevar adelante esta discusión. En ese sentido, esto puede ser un trampolín para trasladarlo a otros ámbitos.
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