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01/06/2013 |
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Integración en la era digital |
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EDUCACIÓN: Hay más de 50 softwares argentinos creados para chicos con síndrome de Down o autismo. |
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Más de un millón de opciones diferentes. Para cada necesidad y gusto; gratuitas o pagas, de todos los sistemas y modelos: así se ofrecen y proliferan los populares programas de software que se usan en teléfonos inteligentes (smartphones), tablets y otros similares que tienen "widgets" (archivos pequeños) y "apps" (aplicaciones) para todos los rubros imaginables.
A pesar de tanta oferta, hay un segmento con gran demanda y necesidades que permanece desatendido: el del software pensado para ayudar a la educación e integración de chicos con discapacidad intelectual.
"Usar tablets es algo que les sirve mucho a las personas con estas problemáticas, porque no solo los divierte, sino que también los motiva para tener mayor comunicación", le dijo a NOTICIAS Alexia Rattazzi, psiquiatra especializada y presidente de la ONG "Programa Argentino para Niños, Adolescentes y Adultos con Condiciones del Espectro Autista" (Panaacea). Y agregó que es una herramienta que los puede ayudar a planificar y concretar actividades sencillas, como vestirse, o lúdicas, como jugar con sus pares.
Algo similar cuenta Marcelo Varela, secretario general de la Asociación síndrome de Down (ASDRA): "Los chicos con capacidades intelectuales diferentes aprenden por medio de la repetición. Usar estos programas les da una gran oportunidad, porque pueden repetir acciones jugando, tanto en la escuela como en la casa. Y eso los ayuda a fijar conocimientos".
Además, estos software tienen un valor extra que va más allá de lo educativo: recurrir a programas especiales puede hacer una gran diferencia a favor de la integración.
"Incluso los juegos más simples, que se pueden correr en una tablet y especialmente en una pantalla grande, como la de una SmartTV; abre una puerta enorme para la integración de los chicos con amigos e, incluso, con la propia familia extendida; como abuelos o primos, a quienes muchas veces les cuesta entender el problema", acota Mariano Stampella, de la Comisión de Inclusión de la Cámara Argentina de Software (CESSI).
EL PROYECTO. A fines de 2011, la CESSI lanzó un proyecto de inclusión, para coordinar que algunas de sus empresas afiliadas se sumen para hacer desarrollos y luego distribuirlos en forma gratuita. Sus directivos cuentan: "Al investigar el tema vimos que apps, hay decenas de miles. Pero encontramos muy pocas realmente pensadas para enseñar a personas con discapacidad intelectual".
Y también encontraron que hoy los maestros de chicos especiales, o los de escuelas integradas, siguen enseñan- do como hace 30 años: básicamente con pizarrón, papel y lápiz.
La mayor parte de los software hechos o en proceso –planean terminar este año con unas 50 aplicaciones listas y disponibles– están pensados para la etapa de aprendizaje, y para ser usados por chicos con discapacidad intelectual, de entre 4 y 15 años.
Pero Varela se entusiasma y adelanta: "Para el mediano plazo ya estamos pensando en desarrollar programas que los ayuden a capacitarse para insertarse en lo laboral, porque hay muchas tareas para las que realmente tienen especiales habilidades".
MUCHA NECESIDAD. No es fácil tener estadísticas sobre discapacidad intelectual, pero el equipo del Estudio Colaborativo Latinoamericano de Malformaciones Congénitas proclama que "cada 600 nacimientos, un chico tiene Síndrome de Down", aunque las cifras varían en cada país y año.
Otras condiciones que pueden (o no, esto es muy variable según el trastorno y cada chico en particular) afectar la capacidad intelectual, como los Trastornos del Espectro Autista (TEA), también están aumentando. De acuerdo con los datos que maneja el director de Salud Mental de la provincia de Buenos Aires, Aníbal Areco, en países como los EE.UU.
tanto la incidencia como la prevalencia de los TEA están en aumento: "Una década atrás se registraba un caso cada 150 nacimientos, mientras que ahora se está diagnosticando uno cada 88 nacimientos".
Para hacer frente de manera más efectiva a este aumento, las herramientas digitales parecen ser muy prometedoras: "Al profesional que coordina el tratamiento también le sirve para ver qué cosas le interesan a cada chico con capacidades intelectuales diferentes", le explicó a NOTICIAS Miguel Ángel García Coto, profesor del Departamento de Psicología en la Universidad de Palermo y director del Centro de Investigaciones del Desarrollo Psiconeurológico (CIDEP).
Según este experto, aunque sea un hecho aún no medido en detalle por estudios científicos, por ser una incorporación reciente al ámbito educativo; usar una tablet ayuda a que estos chicos interactúen más con otras personas y es un recurso que les da una motivación importante para relacionarse con cosas que van más allá de su interés acotado y específico.
También ayuda a que los pequeños puedan planificar mejor sus actividades cotidianas y "accedan" a objetos reales, a partir de imágenes y fotos atractivas de las pantallas.
Otro uso incipiente que destacan los terapeutas que recurren a estas opciones durante el tratamiento, es la facilidad con que permiten simular situaciones cotidianas vitales que puedan desencadenar un episodio de desorganización violenta en chicos con TEA. "Usando esta herramienta podemos encontrar más fácilmente el disparador responsable de una crisis", afirma García Coto.Y el experto también resalta que, a mayor precocidad en el uso de estas opciones, mejores resultados educativos e integrativos se obtienen con los chicos.
"En definitiva, se trata de un campo muy prometedor, que todavía está en sus inicios, y sobre el que tenemos que seguir investigando y comparando resultados. Pero parecería que el uso de tecnología para lidiar con problemas cognitivos puede traer un cambio muy importante en la eficacia de los tratamientos".
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