Deportes

Deshidratación y deporte

La deshidratación es un trastorno que ocurre cuando una persona pierde más líquidos que los que ingiere.

Deshidratación y deporte

Cuando una persona se deshidrata, significa que la cantidad de agua que contiene su cuerpo ha descendido por debajo del nivel adecuado (nuestro cuerpo contiene aproximadamente dos tercios de agua).

Al ejercitarnos, nuestro cuerpo pierde agua y sales minerales. Ingerir líquidos para compensar este descenso es fundamental si queremos evitar lesiones y agujetas, así como mejorar el rendimiento a la hora de realizar una actividad física.

En condiciones normales, nuestro organismo pierde más de medio litro de agua a través de la piel y la respiración. Cuando sube la temperatura ambiente o realizamos ejercicio físico intenso, estas pérdidas pueden aumentar hasta el litro y medio, ocasionando un cuadro de deshidratación que es necesario compensar con la ingesta de agua o líquidos ricos en electrolitos que nos aporten sodio y potasio.

Cuanto más deshidratado se encuentre el deportista menor será su capacidad para sudar y, por tanto, mayor se elevará su temperatura corporal. De esta forma, si no se reponen las pérdidas de forma adecuada, se puede llegar a la deshidratación extrema y al golpe de calor.

La deshidratación afecta el rendimiento deportivo porque:
-Disminuye la obtención de energía aeróbica por el músculo.
-El ácido láctico no puede ser transportado lejos del músculo.
-Disminuye la fuerza.

Te podes deshidratar si haces mucho ejercicio físico y no repones los líquidos que gastas, en ocasiones puede suceder si no se repone correctamente el líquido y las sales minerales.

Quienes practican cualquier actividad deportiva deben realizar una correcta hidratación en las siguientes tres fases:

1.- Antes del ejercicio. Se recomienda una ingesta de unos 400-600 ml de agua o bebida deportiva 1-2 horas antes del ejercicio para comenzar la actividad con una hidratación adecuada. Esto permite un menor aumento de la temperatura corporal del deportista y disminuye la percepción del esfuerzo.
2.- Durante el ejercicio. Los deportistas deben empezar a beber pronto, y a intervalos regulares con el fin de consumir los líquidos a un ritmo que permita reponer el agua y los electrolitos perdidos por la sudoración y a mantener los niveles de glucosa en sangre.
3.- Después del ejercicio. La reposición de líquidos después del ejercicio es fundamental para la adecuada recuperación del deportista y debe iniciarse tan pronto como sea posible.

Publicada: Martes 05 de enero de 2021