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Nunca quietos, siempre inquietos.

A raíz de la pandemia y medidas de prevención establecidas, se puede incurrir en el sedentarismo. Te contamos porque es importante mantenerse en actividad. 

Nunca quietos, siempre inquietos.

Entendemos el sedentarismo como un estilo de vida carente de movimiento o de actividad física. Más concretamente, la Organización Mundial de la Salud define como inactivas a aquellas personas que realizan menos de 90 minutos de actividad física semanal.


Este mal hábito cada vez es más habitual en la población, que reduce su ejercicio físico en el tiempo de ocio y aumenta el uso de los medios de transporte como el coche o el autobús para los desplazamientos. Tanto es así que, según señala la OMS, al menos un 60% de la población “no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud”.


Sin embargo, el hecho de que el sedentarismo sea una cuestión común a gran parte de la población, no significa que sea positivo. Nuestro organismo necesita movimiento y el hecho de no proporcionárselo puede acarrear riesgos para la salud. Señalamos algunos de estas problemáticas, destacadas por la Organización Mundial de la Salud:


- La falta de actividad física fomenta un incremento del riesgo de padecer sobrepeso u obesidad. Este estado físico conlleva, a su vez, numerosos peligros para el organismo y problemas de salud.
- Propensión a enfermedades cardiovasculares. El sedentarismo duplica el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo II. También de padecer hipertensión arterial.
- Las mujeres sedentarias se ven más afectadas por los efectos de la menopausia.
- La actividad física ayuda también psicológicamente. Tanto es así, que las personas que practican ejercicio físico de manera regular tienen menos posibilidades de padecer depresión.

Publicada: Lunes 6 de abril de 2020