La colaboración ha sido fundamental para el desarrollo de la humanidad. Las aldeas primitivas para sobrevivir, tuvieron que organizarse. Ello implicó colaborar entre habitantes. Cada uno, desde lo suyo, fue aportando a la construcción y, hasta el día de hoy, no conocemos otra manera de avanzar en la civilización.
El derecho como ciencia no es ajeno a esa forma de evolución y estamos convencidos sobre la oportunidad histórica que se nos presenta para -una vez más- motivar a la colaboración activa de todos aquéllos que participan específicamente de la actividad judicial.
Motivar y poner en valor este aspecto trascendente, teniendo en cuenta las distintas modificaciones legislativas llevadas a cabo, y proyectadas, nos hará repensar ciertamente los caminos que transitamos día a día.
No hacer siempre lo mismo, para buscar resultados distintos, parafraseando a Albert Einstein, es parte del desafío que nos convoca y al que convocamos.
Llegar a todos los espacios, generarlos, abrirlos, ser parte de ellos, integrando a nuestro extenso territorio argentino en el que coexisten distintas formas de abordar el servicio de justicia, conformado por todos los que trabajan en él.
Servicio que tiene por finalidad y principio al ciudadano, en cumplimiento de la manda constitucional y hoy día también convencional.
Lo transversal tendrá así el desafío de la contención, respeto e inclusión de la mayor diversidad de pensamiento, con la convicción de que lo colaborativo aumenta las probabilidades de éxito y eficiencia.
Juntos somos más. Juntos, somos mejores, si tomamos el desafío de compartir desde el lugar, y empatizar con quienes transitan otros caminos.
Es el momento. Es tiempo de avanzar hacia el futuro que llegó hace rato.


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