«El desafío es crecer fuera de temporada»

«El desafío es crecer fuera de temporada»

Tomás Bameule, Lic. en Comercialización UP, cuenta sobre su emprendimiento hotelero en Uruguay.



«El desafío es crecer fuera de temporada»

El negocio va en crecimiento, dice: ya vendió los primeros lotes y el hotel creció un 10% en reservas este verano. Para apuntalar la actividad fuera de temporada alta, intensificará los eventos corporativos y las fiestas privadas. Cree necesario desarrollar el Oeste de Montevideo, lo que se dará con la llegada de más residentes, evalúa. Es licenciado en Comercialización (Universidad de Palermo)y MBA (University of West Minister). Está casado, tiene tres hijos y le apasiona el rugby.

¿Cómo surgió La Baguala? ¿Con qué se encontró al iniciar el negocio?

Esta estancia originalmente era de la familia Mailhos. Mi padre la compró en 2008 y de entrada ya sabíamos que queríamos hacer un barrio de chacras. Cuando vimos el potencial del casco y todo lo que se podía hacer para atraer gente, se incorporó el hotel. Presentamos el pliego a la Intendencia de Montevideo (IM) y después de cuatro o cinco años —a mediados de 2016—, nos dieron los permisos para vender las chacras. El hotel fue lo primero, arrancó en marzo de 2015.

¿Tuvo algún impacto esa demora en el plan original?

Fue muy complicado. Tardamos mucho sobre todo con la Intendencia anterior; cuando asumió Daniel Martínez pudimos avanzar un poco más rápido y ahí terminaron de salir los permisos. Pero perdimos una oportunidad. Cuando salieron los permisos Uruguay había llegado a una meseta en la economía y ya no era lo mismo que si hubieran salido tres años antes, en pleno boom.

Venía de la industria alimenticia. ¿Cómo fue adaptarse a un rubro nuevo?

Vine a Uruguay en 2013 como country manager de BRF (N. de R.: empresa brasileña dueña de marcas como Sadia). A principios de 2015 me fui y mi padre, que no venía tan seguido a Uruguay, me dijo: «Ya que estás viviendo ahí, quedate y encargate del hotel». Es cierto, no es mi especialidad pero mi familia estaba muy contenta aquí y prioricé eso. Este es un desafío distinto, pero se aprende todos los días.

¿Cuánto lleva invertido en este emprendimiento?

Entre US$ 10 millones y US$ 13 millones. No es solo la reforma del hotel, también se hizo un salón de eventos muy grande, un centro ecuestre, caminería. Fue una inversión grande en pocos años.

Tienen el hotel y la venta de chacras. ¿Dónde está el núcleo del negocio?

Desde el principio pensamos que el hotel y el restaurante son centros de negocios para atraer gente. No pretendemos ganar demasiado con el hotel y el restaurante, sino que son más un atractivo para que la gente venga y conozca todo el proyecto. Nuestro negocio es la venta de las chacras. Lo que queremos lograr es pagar los costos del hotel, y el restaurante y el salón de eventos nos ayudan a solventar todo eso, pero el objetivo final es darle vida al barrio de chacras.

¿Cómo vienen las ventas?

En total, la etapa uno y la dos suman más de 100 chacras, todas con un promedio de 3 hectáreas. En esta primera etapa son 33 chacras, de las cuales ya vendimos cuatro. En dos se están arrancando las obras... Va muy bien. Hay muchas consultas y tenemos muy buenos beneficios para los que quieran arrancar, para los primeros 12 compradores tenemos promociones. Tenemos una muy buena financiación con HSBC, que presta hasta el 70% de la chacra más la construcción a 20 años a muy buenas tasas. Además, tenemos un premio por construir «temprano»; si terminás tu chacra dentro de los primeros tres años, te devolvemos un 10% del valor.

¿La obra se tiene que ceñir a un reglamento?

Hay un reglamento de copropiedad y la idea es que el barrio conserve la fisonomía, que no rompa los ojos. Pero tampoco es muy estricto, queremos que cada uno en su chacra haga lo que quiera.

¿Cómo van a interactuar los residentes con las instalaciones del hotel?

El hotel y el restaurante van a funcionar como un club house. Iremos agregando cosas —por ejemplo, un minimercado— a medida que vaya creciendo. Todos los propietarios tienen un descuento especial en el uso de los servicios rentados como el restaurante, y lo que es de uso común —como la cancha de tenis, el gimnasio y el sauna— sería sin cargo.

¿Qué precios tienen los lotes?

Tenemos un promedio de US$ 10 por metro cuadrado. Hay chacras que según la ubicación y los paisajes tienen más o menos valor; arrancan en unos US$ 200.000 y van hasta los US$ 600.000. Depende de la ubicación y el metraje.

¿Cuál es el perfil de los compradores de las chacras?

De los cuatro compradores que ya tenemos, hay dos que van a usarla para vivienda permamente, o sea que no es solo para los fines de semana. Los cuatro son uruguayos y lo que se repite es que se trata de gente que ya hizo una posición y que busca una casa de retiro... es gente que en general ya tiene hijos grandes. Aquí tienen la posibilidad de estar en el medio del campo a solo 25 minutos de Montevideo.

Qué tipo de huéspedes aloja el hotel?

Vienen muchos argentinos, brasileros, europeos y americanos. De todos modos, el 60% o 70% son uruguayos que vienen a pasar un fin de semana tranquilos, desconectados y sin irse tan lejos acceden a un buen paisaje, playa y piscina, todo cerca de Montevideo.

¿Cómo se comporta la zafra?

De octubre a abril o Semana Santa es lo más fuerte en meses, y los fines de semana a su vez son más fuertes que entresemana, aunque en temporada (alta) a veces los días de semana el hotel está muy completo. De mayo a agosto o septiembre hay un bajón lógico por el clima. Nuestro desafío justamente es ése: tratar de desarrollar actividades y cosas en esos meses para generarle más facturación al negocio.

¿Por ejemplo?

Lo que estamos haciendo ahora en temporada baja es tener más eventos con empresas, también con asociaciones de razas de caballos en nuestro centro ecuestre. Nos focalizamos en eso, seguramente hagamos eventos propios o fiestas particulares como en la «Noche de la nostalgia», que es un clásico. La idea es buscar esos hitos cada mes y ofrecerle al público algo distinto y con todo incluido: te llevamos, te traemos sin que tengas que preocuparte de nada.

¿El crecimiento también puede venir asociado a incorporar habitaciones al hotel?

Estamos evaluando eso. Si (el hotel) estuviera completo todo el año, enseguida tomás la decisión. En este caso es un complemento, si bien queremos desarrollarlo, entonces es una evaluación que haremos más a futuro. En cuanto esté la necesidad imperiosa, agregaremos habitaciones.

La temporada ha sido calificada como muy positiva. ¿Qué efecto ha tenido en la actividad del hotel?

Punta del Este y la costa en general tuvieron una muy buena temporada y ese «derrame» hizo que también nos subieran los números. Tuvimos un 10% de crecimiento respecto al año pasado.

Están en el Oeste de Montevideo, caracterizado como enclave logístico. ¿Qué cosas cree que debe sumar la zona?

Cuando arrancamos una de las cosas que nos dijo la IM —y que nosotros también planteamos— es la importancia del desarrollo del Oeste. Montevideo está desarrollada hacia el Este, por lo menos en este tipo de emprendimientos, y poco hacia el Oeste y vieron con muy buenos ojos la posibilidad de empezar a expandir este lado de Montevideo. Hay bastante por hacer hacia el Oeste. Creo que es un poco lo del huevo y la gallina, pero en tanto haya más gente eso traerá más hospitales, colegios, supermercados. Tenemos cerca algunos comercios, pero estaría bueno que existiera más desarrollo.

En los últimos años ha existido un boom de nuevos hoteles en Montevideo. ¿Hay margen para seguir creciendo en propuestas o se ha llegado a un punto de saturación?

Creo que se hicieron muchos y muy buenos hoteles; hay una muy buena oferta para Montevideo. Y si bien puede parecer que hay una saturación, eso genera también una depuración, porque el que haya mucha oferta va a hacer que los turistas terminen de por sí eligiendo a los mejores.

Airbnb provocó una disrupción en el sector hotelero. ¿Lo ve como una competencia?

Corre por carriles distintos. Nosotros estamos en casi todos los portales de búsqueda y sin embargo el 70% u 80% de nuestras reservas son directas. Se ha generado un vínculo entre el hotel y la gente, el boca a boca funciona. Pero, no podemos dejar de estar en esos canales (online). A Airbnb lo veo como un complemento.

Jugó y es aficionado al rugby. ¿El deporte le dejó alguna lección aplicable a los negocios?

Sí, el trabajo en equipo. Cuando hay compromiso y un objetivo en común, y todos ven que hacen el mismo esfuerzo para llegar a él, es cuando se consiguen los mejores resultados. Y eso es lo más desafiante en cualquier empresa: lograr que todos tiren para el mismo lado.

El chef y comunicador Sergio Puglia compró una chacra en La Baguala y además está al frente del restaurante. ¿Cómo ayuda eso al posicionamiento de la marca?

Sergio es un referente muy importante. Cuando compró su chacra, le pregunté si no quería hacerse cargo del restaurante; me contestó que no pero a los pocos días se entusiasmó y me dijo: «Dale, te ayudo con eso». Y está haciendo un trabajo excelente. Es un enamorado del lugar, le gustó de entrada. Tiene muchos seguidores y nos trae mucha gente al restaurante y hotel. Además, participa en algunos de nuestros eventos. Es una buena asociación para los dos: él tiene la posibilidad de desarrollar su talento en un restaurante que pretendemos que sea de primer nivel, y para nosotros es un honor tenerlo. Él supervisa todo: el restaurante como el catering para eventos. Viene casi todos los fines de semana y muchos días de la semana. Eso genera una interacción con los comensales —lo saludan, se sacan fotos con él—, y a Sergio le sirve para tener feedback. Es muy agradable trabajar con él porque conoce de restaurantes y también de hotelería.