Antonela Tedesco, egresada de Relaciones Internacionales UP, fue mediadora de paz en la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur
“Uno de mis roles principales era construir relaciones profesionales con un variado rango de actores civiles y militares para facilitar el diálogo entre las comunidades locales”.Hacía tiempo que Antonela soñaba con convertirse en peacekeeper y la oportunidad llegó. A través del programa de Voluntarios de la ONU, fue convocada en 2018 para asumir la posición de Civil Affairs Officer en la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur. Así fue como dejó atrás la vida rutinaria y predecible que tiene una ciudad para instalarse en una base civil-militar en Africa oriental, accesible solo en helicóptero, con provisión limitada de alimentos y bajo constante toque de queda. “Me resultó imposible decir que no a esta oportunidad imperdible”, cuenta. Graduada de Relaciones Internacionales en la Universidad de Palermo, Antonela fue preparándose, sumando experiencias y aprovechando cada oportunidad que se le presentó en su camino profesional, para embarcarse en misiones como estas, donde la presencia de un mediador de la paz adquiere una importancia vital en países atravesados por conflictos desgarradores.
¿Cómo surge la posibilidad de trabajar en la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS)?
La oportunidad la obtuve a través del programa de Voluntarios de Naciones Unidas (VNU). A fines de 2017, subí mi perfil en su portal y a los dos meses fui convocada. Me preguntaron si estaba interesada en la posición de Civil Affairs Officer en UNMISS, a lo que respondí que sí y ahí empezó el proceso de selección. Me resultó imposible decir que no a esta oportunidad imperdible. Hacía 10 años que venía siguiendo el trabajo de la Organización de las Naciones Unidas a través de las misiones de paz y, desde ese entonces, fantaseaba con la idea de poder algún día convertirme en peacekeeper.
¿Qué tareas realizaste desde esa posición en la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur?
Mi trabajo como Civil Affairs Officer en la Civil Affairs Division (CAD) de la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur estaba enmarcado en un mandato que establece la protección de civiles y la construcción de una paz duradera a través de la promoción de la coexistencia pacífica en tres áreas estratégicas: management de conflictos comunitarios, la reconciliación y la cohesión social de las distintas comunidades del país. Uno de mis roles principales en la oficina de Civil Affairs Officer CAD en Bor Field Office en Greater Jonglei era construir relaciones profesionales con un variado rango de actores civiles y militares para facilitar el diálogo entre las comunidades locales con el propósito de prevenir, mitigar y resolver conflictos. Esto me llevó a realizar distintas misiones integradas, vía aire y tierra, en mi área de operación para llegar a comunidades aisladas de los principales poblados. También me encargué de organizar actividades relacionadas con la construcción de la paz y capacitar sobre herramientas para resolución de conflictos, por ejemplo, mediación.
¿Cuál fue la tarea que más te gustó hacer?
Tuve la oportunidad de ser Gender Focal Point, lo que me permitió diseñar, implementar y coordinar proyectos destinados a mujeres líderes, con el objetivo de incrementar sus habilidades en la gestión de conflictos, crear un espacio seguro para que ellas pudieran discutir sus problemas; promover y crear una red de mujeres agentes y hacedoras de paz y así aumentar su participación en los procesos de pacificación.
¿Cómo fue la experiencia de vivir y trabajar en Sudán del Sur?
La experiencia en Sudán del Sur fue un desafío increíble. Tuve que vivir en una base civil-militar solo accesible en helicóptero desde la capital del país, con acceso limitado a alimentos y entretenimiento, bajo toque de queda en el contexto de una situación de seguridad calificada como calma pero impredecible. Sobreviví mentalmente a esta experiencia en parte gracias al apoyo de mis colegas, al sentimiento de camaradería, de familia que se crea en las misiones.
¿Qué fortalezas adquiriste en puestos anteriores para asumir esta responsabilidad?
Mi experiencia en Argentina con la Asociación para las Naciones Unidas de la República Argentina (ANU-AR) fue clave en mi carrera. Aprendí muchísimo sobre el sistema ONU y sobre distintas temáticas y problemáticas internacionales. ANU-AR afianzó mi compromiso para hacer de este mundo un lugar más pacífico e igualitario para las generaciones del presente y futuro, y ayudar a los sectores de la población más vulnerables. En Suecia, Civil Rights Defenders me permitió aprender sobre violaciones de los Derechos Humanos en diferentes partes de nuestro planeta y sobre el uso de la innovación tecnológica para promoveer estos derechos. Mi primera vivencia en África fue en Rwanda, en el Center for Conflict Management de la Universidad de Rwanda. Todas estas experiencias ampliaron mi capacidad de adaptación a cualquier entorno, mi capacidad de observación y análisis, a trabajar en equipos multiculturales, a resolver con calma cualquier tipo de situación y poder establecer vínculos de comunicación con cualquier tipo de actor basados en la confianza y el entendimiento mutuo.
¿Qué herramientas te aportó la carrera para tu desarrollo profesional?
La carrera de Relaciones Internacionales en la UP me dio la base fundacional de mis conocimientos sobre el sistema internacional en lo político, económico, legal y social, los cuales aplico. Lo que más me gustó fue la materia Organismos Internacionales con la profesora Silvia Perazzo, quien fue también mi tutora de tesis. Sus clases fueron mi fuente de inspiración para trabajar con Naciones Unidas.
Hablar inglés y hacer un máster son fundamentales. A quienes tengan interés en trabajar con Naciones Unidas les recomiendo que vayan a la página de los voluntarios y carguen su perfil. Así también, es importante aprender a gestionar las emociones y no olvidar nunca el respeto hacia los demás.
Mi idea es seguir trabajando en mediación de conflictos con proyectos que busquen empoderar y aumentar la participación de mujeres en procesos de paz.
¿Cómo surge la posibilidad de trabajar en la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS)?
La oportunidad la obtuve a través del programa de Voluntarios de Naciones Unidas (VNU). A fines de 2017, subí mi perfil en su portal y a los dos meses fui convocada. Me preguntaron si estaba interesada en la posición de Civil Affairs Officer en UNMISS, a lo que respondí que sí y ahí empezó el proceso de selección. Me resultó imposible decir que no a esta oportunidad imperdible. Hacía 10 años que venía siguiendo el trabajo de la Organización de las Naciones Unidas a través de las misiones de paz y, desde ese entonces, fantaseaba con la idea de poder algún día convertirme en peacekeeper.
¿Qué tareas realizaste desde esa posición en la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur?
Mi trabajo como Civil Affairs Officer en la Civil Affairs Division (CAD) de la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur estaba enmarcado en un mandato que establece la protección de civiles y la construcción de una paz duradera a través de la promoción de la coexistencia pacífica en tres áreas estratégicas: management de conflictos comunitarios, la reconciliación y la cohesión social de las distintas comunidades del país. Uno de mis roles principales en la oficina de Civil Affairs Officer CAD en Bor Field Office en Greater Jonglei era construir relaciones profesionales con un variado rango de actores civiles y militares para facilitar el diálogo entre las comunidades locales con el propósito de prevenir, mitigar y resolver conflictos. Esto me llevó a realizar distintas misiones integradas, vía aire y tierra, en mi área de operación para llegar a comunidades aisladas de los principales poblados. También me encargué de organizar actividades relacionadas con la construcción de la paz y capacitar sobre herramientas para resolución de conflictos, por ejemplo, mediación.
¿Cuál fue la tarea que más te gustó hacer?
Tuve la oportunidad de ser Gender Focal Point, lo que me permitió diseñar, implementar y coordinar proyectos destinados a mujeres líderes, con el objetivo de incrementar sus habilidades en la gestión de conflictos, crear un espacio seguro para que ellas pudieran discutir sus problemas; promover y crear una red de mujeres agentes y hacedoras de paz y así aumentar su participación en los procesos de pacificación.
¿Cómo fue la experiencia de vivir y trabajar en Sudán del Sur?
La experiencia en Sudán del Sur fue un desafío increíble. Tuve que vivir en una base civil-militar solo accesible en helicóptero desde la capital del país, con acceso limitado a alimentos y entretenimiento, bajo toque de queda en el contexto de una situación de seguridad calificada como calma pero impredecible. Sobreviví mentalmente a esta experiencia en parte gracias al apoyo de mis colegas, al sentimiento de camaradería, de familia que se crea en las misiones.
¿Qué fortalezas adquiriste en puestos anteriores para asumir esta responsabilidad?
Mi experiencia en Argentina con la Asociación para las Naciones Unidas de la República Argentina (ANU-AR) fue clave en mi carrera. Aprendí muchísimo sobre el sistema ONU y sobre distintas temáticas y problemáticas internacionales. ANU-AR afianzó mi compromiso para hacer de este mundo un lugar más pacífico e igualitario para las generaciones del presente y futuro, y ayudar a los sectores de la población más vulnerables. En Suecia, Civil Rights Defenders me permitió aprender sobre violaciones de los Derechos Humanos en diferentes partes de nuestro planeta y sobre el uso de la innovación tecnológica para promoveer estos derechos. Mi primera vivencia en África fue en Rwanda, en el Center for Conflict Management de la Universidad de Rwanda. Todas estas experiencias ampliaron mi capacidad de adaptación a cualquier entorno, mi capacidad de observación y análisis, a trabajar en equipos multiculturales, a resolver con calma cualquier tipo de situación y poder establecer vínculos de comunicación con cualquier tipo de actor basados en la confianza y el entendimiento mutuo.
¿Qué herramientas te aportó la carrera para tu desarrollo profesional?
La carrera de Relaciones Internacionales en la UP me dio la base fundacional de mis conocimientos sobre el sistema internacional en lo político, económico, legal y social, los cuales aplico. Lo que más me gustó fue la materia Organismos Internacionales con la profesora Silvia Perazzo, quien fue también mi tutora de tesis. Sus clases fueron mi fuente de inspiración para trabajar con Naciones Unidas.
"La carrera de Relaciones Internacionales en la UP me dio la base fundacional de mis conocimientos sobre el sistema internacional en lo político, económico, legal y social, los cuales aplico".
¿Qué tiene que tener en cuenta alguien que desee desarrollarse en un área similar?Hablar inglés y hacer un máster son fundamentales. A quienes tengan interés en trabajar con Naciones Unidas les recomiendo que vayan a la página de los voluntarios y carguen su perfil. Así también, es importante aprender a gestionar las emociones y no olvidar nunca el respeto hacia los demás.
"Es importante aprender a gestionar las emociones y no olvidar nunca el respeto hacia los demás".
¿Qué te gustaría hacer a futuro?Mi idea es seguir trabajando en mediación de conflictos con proyectos que busquen empoderar y aumentar la participación de mujeres en procesos de paz.